Del derrame y su tapón
Estoy seguro que el día que logremos imponer una ley que fije como el precio mínimo de la gasolina lo que se puede obtener por ella en el mercado internacional, habremos alcanzado un importante hito en el camino de ser un mejor país. En ese sentido y perdonen el abuso, esta semana seguiré insistiendo sobre el que como nación necesitamos y merecemos vender la gasolina a Bs 1.500 por litro.
Mis recientes artículos sobre el tema publicados en El Universal fueron debatidos en Noticiero Digital y la mayoría de las objeciones fueron de naturaleza económica… "Señor Kurowski a usted se la ha olvidado los efectos que pueda tener ello sobre el costo del transporte público" y las políticas… "Señor Kurowski usted está loco o conspirando, el país no aguantaría tal aumento y explotaría".
Por supuesto que no me he "olvidado" de los efectos secundarios de un aumento de la gasolina, algunos de los cuales pueden ser inteligentemente neutralizados y con respecto a las dificultades políticas más bien las visualizo como una tremenda oportunidad para solucionar mucho más que lo de la gasolina. Permítame explicar.
Si la juventud y la oposición de verdad ponen el dedo en la llaga sobre lo "asocial" que representa el regalar la gasolina, sin que siquiera se deje registro del costo de ese subsidio y al mismo tiempo las realidades de PDVSA obligan buscar disminuir el consumo nacional, sin duda que el chávez estará muy presionado a que se aumente su precio. Pero, como resulta que ese quien aspira tener un liderazgo mundial e invierte fortunas de nuestro dinero en promocionarlo, hoy carece del suficiente liderazgo en su propio país, el problema político antes que nuestro, es suyo.
A mí no me toca negociar y hasta puede ser que no sirvo para ello pero como un ciudadano que acepta que se debe aumentar la gasolina y al mismo tiempo está muy renuente a darle a chávez más recursos, estoy seguro que existen soluciones.
Por ejemplo que se aumente la gasolina a Bs 1.500; que PDVSA se quede con lo necesario para cubrir sus costos directos, por ejemplo Bs 300 y que el saldo de Bs 1.200 por litro sea depositado íntegramente en una cuenta "Tapón" (para parar el derrame) en un banco privado de confianza (hay pocos) manteniendo el saldo y todos los movimientos de esa cuenta a la vista de los venezolanos.
La movilización de la cuenta "Tapón" estaría inicialmente a cargo de una comisión integrada por personas conocedoras de problemas de transporte y nombradas de mutuo acuerdo oposición, ni-ni y gobierno. La Tapón pudiese por ejemplo compensar un cierto porcentaje, decreciente en el tiempo, de toda factura de transporte asociada a los productos de consumo masivo. Solo para que tengan una idea de la capacidad económica de la Tapón, ella podría despachar a los municipios más de 200 autobuses de 100.000 dólares cada uno, cada día y aun cuando el consumo de gasolina baje bastante.
Por supuesto, ese día que de nuevo tengamos un Congreso legítimo se legislaría de manera más permanente sobre el uso de la cuenta Tapón aun cuando el principio fundamental debe ser que esos son recursos de los ciudadanos y que deberían ser devueltos a los ciudadanos antes de permitir que los gobiernos le pongan la mano a ese mango bajito.
De nuevo, no me opongo a dar subsidios con el propósito de lograr una meta social, pero jamás me oirán aceptar un subsidio equivalente al 10% del PIB sólo para que la gasolina sea barata, mucho menos en un país petrolero en donde está en nuestro interés nacional el que ese recurso no renovable siempre sea valioso.
Por favor, no le demos el gusto a quienes disfrutan, gozan y ganan con que nos odiemos.